Los Duraznos apenados de Medea
Leticia Martínez Gallegos
Dos caminos recorre gustoso
el vino tinto sobre sus labios:
primero el interior.
Paso a paso la digestión se realiza.
El segundo es mejor:
Se percibe, se observa.
Medea, conciente, lo permite.
Son gotas que no entran a su boca,
Se niegan al pasillo oscuro de la garganta,
a la sangre intensa de la traquea hambrienta.
Esas gotas, apenas si tocan sus carnosos labios,
luego, ambiciosas bajan, y ahí,
el vino vive:
¡duraznos pequeños, de puntas erectas!
Medea los muestra, los toca,
me pide que coma de ellos.
El vino los impregna hasta dejarlos
realmente embriagadores.
Acerco mi boca y juego con uno y otro.
Mi lengua recorre su redondez
y no puedo evitarlo:
Los muerdo muchas veces, mas noto
que esos frutos no desaparecen,
tan sólo se han sonrojado un poco.
2 comentarios:
hola felicidades por incluir este tipo de poemas eróticos que son poco comunes.
me gustaria saber más datos sobre la autora o si ustedes pueden publicar algo más sobre ella
es una delicia la lectura del poema de los duraznos apenados de medea
¿donde puedo encontrar más poemas de la autora???????????
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